Misa y Procesión con el Santísimo

Domingo 25 de mayo de 2025

 

 

 


Comunicado de la Escuela de Catequistas

 

Reunión Familias de niños/as que acaban en este curso

catequístico de 2024-2025 su Primer Año de Catequesis

de Iniciación cristiana

 

El pasado miércoles, día 14 de mayo de 2025, fiesta del apóstol san Matías, se convocó a las familias con niños/as en primer curso de Catequesis de Iniciación cristiana para tratar los puntos del Orden del día que se hicieron llegar a las familias en comunicación con fecha 7 de mayo del año en curso.

 

En la reunión, después de las preces propias del inicio de encuentros cristianos, se informó ampliamente de las actividades complementarias a las sesiones de catequesis realizadas a lo largo del curso catequístico:

 

Primero. Sobre la Fecha clausura del curso 2024-2025

 

1.      El curso catequístico termina el domingo, día 25 de mayo, con la Misa de Acción de gracias y la Procesión con el Santísimo por las calles de la Parroquia (11,00 de la mañana).

 

2.    La última sesión de catequesis se celebrará el miércoles, día 21 de mayo.

 

Segundo. Sobre la Fecha comienzo del próximo curso 2025-2026

 

1.       Para facilitar la organización del curso las familias han de renovar su inscripción los días 9, 10 y 11 de septiembre en horario de 17,30 a 19,30 horas.

 

2.      El comienzo del nuevo curso catequístico será el miércoles, 24 de septiembre, a las 17,00 horas.

  

3.      Los niños continuarán el mismo día de catequesis (miércoles), a la misma hora (17,00 a 18,15), y, a ser posible, con la misma catequista.

 

Tercero. Sorteo de fechas para las celebraciones en Mayo 2026

 

Día 1, viernes --- Grupo de Dª. Ana Martín

Día 2, sábado --- Grupo de Dª. Cristina García

Día 3, domingo --- Grupo de Dª. Alexia Olmo

Día 9, sábado --- Grupo de Dª. Elena Rodríguez

Día 10, domingo --- Grupo de Dª. Mercedes R. García

Día 16, sábado --- Grupo de Dª. Dori Saavedra

Día 17, domingo --- Fin del curso, Misa y procesión

 

     Cuarto. Otros asuntos tratados

 

1.     Sobre el Cuaderno del Alumno. El 24 de septiembre de 2025, primer día del curso, podrán comprar el cuaderno de seguimiento del Catecismo para el segundo curso.

 

2.    Los niños en espera de su bautismo se prepararán a partir de Navidad, después de una reunión con los padres, y el bautismo se efectuará en la Vigilia Pascual, día 4 de abril, a las 22,00 horas.

 

3.  Una vez iniciado el curso 2025-2026 la Parroquia convocará a los padres para darles a conocer la programación del curso catequístico.

 

4.    La decisión de celebrar los sacramentos de la Penitencia y Eucaristía en nuestra parroquia conlleva la aceptación de las normas diocesanas y parroquiales.

 

En la Ciudad de Almería a 14 de mayo de 2025,

 

fiesta de san Matías, apóstol


Domingo V de Pascua

Judas Iscariote 

 

 

Al meditar el Evangelio para escribir estas letras sobre el domingo V de Pascua (Jn 13,31-33a. 34-35) he sentido fuertemente la contradicción del apóstol que en la hora de la verdad se convierte en traidor de su Maestro. Judas, en efecto, es un personaje que no ha pasado desapercibido ni en el momento histórico que le tocó vivir ni a lo largo de la historia. Su figura ha quedado en el imaginario colectivo como un camuflado en el grupo de Jesús y un mal amigo urdidor de insidias y amigo del dinero.

 

El nombre de Judas era frecuente entre los judíos varones. Era un homenaje del pueblo al gran personaje y héroe Judas Macabeo. En cuanto al mote, el epíteto Iscariote, se dividen los estudiosos en dos opiniones a la hora de la traducción. Unos hacen referencia a su procedencia de la región de Keriot y otros afirman que el calificativo viene del latín con el significado de sicario. Si optamos por esta hipótesis habrá que acercarse al personaje con mucha misericordia pues, como bien sabemos, la secta de los sicarios, eran revolucionarios a su modo, que no se andaban por las ramas y segaban cabezas con una sica, especie de hoz, a quien no estuviera de su parte. Las dos explicaciones, de una manera u otra, apuntan a que Judas se distanciaba, bien por cuna o ideología, de sus compañeros. Podemos adivinar muchos traumas no superados e incluso el sufrimiento interior del personaje. Su mochila, como se dice ahora, estaba bien repleta de sufrimientos y desamores.

 

¿Por qué este hombre singular es elegido como tesorero del grupo si no daba la talla? No es una cuestión baladí. Vamos a pensar que Jesús y los apóstoles confiaron en él seguramente por su biografía pensando que la confianza y el amor cicatrizarían sus heridas. Pronto se vio que la terapia del corazón no funcionó. Robaba de la bolsa común lo que estaba destinado a los pobres (cf. Jn 12,6). Judas no supo captar el clima amoroso de su comunidad que le aceptó como era ni supo entender el mensaje del Maestro. Treinta viles monedas le nublaron la mente y ahogaron su corazón. La salida del Cenáculo escenifica la ruptura con el Maestro y la comunidad. No dice nada el texto, pero imaginamos que su salida conllevó un sonoro portazo que dejaría sin aliento a los que quedaron en el lugar de la celebración sembrando en sus corazones las mayores de las incertidumbres. Cuando toma conciencia de su desgracia y se arrepiente, ya no hay posibilidad de marcha atrás. Ha confiado en quienes ahora le desamparan.

 

La tradición ha alimentado la animadversión al personaje. No hay mayor ofensa a una persona cabal que llamarle con este antropónimo de Judas. La quema del monigote de Judas es una tradición en muchos pueblos y villas de la diócesis. El muñeco de paja que representa al personaje se arrastra por las calles antes de ser colgado, apaleado y quemado.

 

La literatura y el cine también han tratado abundantemente sobre la vida y tragedia del personaje. Hace unos meses se publicó una obra interesante que abundaba en el tema que nos ocupa del autor almeriense Óscar Fábrega (Judas, Iscariote. Tras el beso del traidor (Córdoba 2025). En fin, es conveniente recordar las palabras del Papa Francisco cuando afirmaba que «nadie puede decir que alguien no está en el cielo. Ni siquiera podemos decir eso de Judas» (20 febrero 2018).

 

Volviendo al texto, sorprende a renglón seguido, que san Juan escriba que «ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él». Parece una contradicción que de los males salgan bienes. Este es el misterio de la Cruz. Jesús ahora añade al amor sin medida, un aspecto esencial como es el respeto a la libertad del hombre. Como contraposición al desamor de Judas, Jesús indica cuál tiene que ser el eje axial de la comunidad: «Igual que yo os he amado, también vosotros amaos los unos a los otros». Desde ese momento la prueba del amor a los demás es la única prueba de la presencia en el hombre del amor de Dios.

 

Manuel Pozo Oller


Domingo IV de Pascua

Buen Pastor  

 

 

El fragmento del capítulo 10 del evangelio de san Juan (vv. 27-30) que se proclama en la liturgia de este domingo IV de Pascua se comprende mejor teniendo presente el relato que le precede donde se cuenta la curación del ciego de nacimiento y la reacción del grupo influyente de los fariseos, que el evangelista califica como modelos de malos pastores de su pueblo. Éstos no tienen misericordia ni piedad con aquel desgraciado y reaccionan ante la curación poniendo en entredicho el signo realizado y a la persona que lo realiza. Su enfado le lleva a excomulgar al liberado de la ceguera con la acusación grave e inmisericorde de que «estaba empecatado desde su nacimiento» (Jn 9,34).

 

En contraste con la escena del ciego, el evangelista narra la alegoría del buen pastor. El buen pastor de este capítulo 10 de san Juan sustituye a los asalariados que explotan y humillan a sus ovejas como ya denunció en su tiempo el profeta Ezequiel (cf. Cap. 34). El buen pastor, que viene en nombre de Dios, tiene como misión reunir a las ovejas dispersas. Con su actitud unificadora y reparadora, ahora diríamos inclusiva, denuncia a los pastores de Israel que se aprovechan de su condición para saquear y oprimir a las ovejas. San Pedro dirá que Jesucristo es el Pastor supremo (cf. 1 P 5, 4) y, en consecuencia, todos sus discípulos tendrán la tarea de seguir e imitar al único pastor. Recuerdo la impresión que me produjo la contemplación de una pintura que presidía el altar mayor en la capilla del Seminario diocesano de san Pedro Sula en Honduras. El buen pastor se representaba caminando al frente de las ovejas de espaldas. Al preguntar sobre aquella obra, en su expresión tan nueva para mí, recibí la respuesta del rector diciendo que se ha querido plasmar el seguimiento de los discípulos de Jesús y, me dijo “cuando se sigue a otro en el camino solo se ve el cogote”.

 

En efecto, la imagen del pastor y su tarea de pastoreo era muy usada antaño en el antiguo Oriente. Los reyes solían designarse a sí mismos como pastores de sus pueblos. También el Antiguo Testamento nos dice que Moisés pastoreaba el rebaño de Jetró, su suegro (Ex 3,1) y David “cuidaba el rebaño” (1 Sam 16,11). Era frecuente que aquellas grandes figuras veterotestamentarias, antes de ser llamados a convertirse en jefes y pastores del pueblo de Dios, hubieran sido efectivamente pastores de rebaños. El profeta Ezequiel presenta a Dios como el pastor de su pueblo: «Como un pastor que vela por su rebaño (…), así velaré yo por mis ovejas. Las reuniré de todos los lugares donde se habían dispersado en día de nubes y brumas» (34, 12). El profeta con tino, diríamos con lenguaje actual, diseña el modelo del buen pastor y denuncia las malas artes del mal pastor.

 

Jesús, en los nuevos tiempos mesiánicos, sin duda, es el buen Pastor. La alegoría joánica describe el perfil del buen pastor que, en primer lugar, conoce a sus ovejas, las llama por su nombre, y las conoce una a una. Entre el pastor y las ovejas hay amor tan noble y limpio que está dispuesto a dar la vida por ellas. Es oportuno recordar que la expresión conocer, en la lengua hebrea, implica amar, desear el bien de la persona, sentir afecto por ella. Es decir, solo se puede llegar a conocer a una persona en el ámbito de la relación íntima y personal y, en consecuencia, solo se puede conocer con el corazón a la manera que nos recordaba Antoine de Saint-Exupéry, de su libro El Principito: «Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos» y recientemente la carta-encíclica Dilexit nos del Papa difunto Francisco.

 

En segundo lugar, el buen pastor da a sus ovejas «la vida eterna». Cristo resucitado es el Señor de la vida y ésta “nadie podrá arrebatárnosla”.

 

Y en tercer lugar, al buen pastor se le encomienda el servicio de la unidad a imagen de la Trinidad (cf. Bruno Forte, La Iglesia, icono de la Trinidad). Es la imagen de Aquél que ha cargado sobre sus hombros a la oveja perdida, que es toda la humanidad sin exclusión, y la echa en sus hombros para llevarla a los pastos frondosos de la casa del Padre sin reparo de “oler a oveja”.

 

Manuel Pozo Oller


Confirmaciones para Adultos

 

   El Derecho Canónico, ley de la Iglesia, y el decreto del Obispo diocesano 38/2024 (14 de septiembre) nos recuerdan que los bautizados para contraer los sacramentos de la adultez (Matrimonio) y ser padrino/madrina en los sacramentos (Bautismo y Confirmación) es necesario haber recibido el sacramento de la Confirmación, que completa la Iniciación cristiana. Para facilitar a los adultos la recepción del sacramento de la Confirmación el Arciprestazgo Beato Diego Ventaja, del que forma parte nuestra parroquia, ha organizado los siguientes cursos de preparación:

 

Para mayor información deben dirigirse a su parroquia, o en el caso de la nuestra, en los días martes, miércoles y jueves en el hora que se indica más abajo::

 

·                         Hasta el próximo día 15 de junio: 17,00 a 19,30 horas.

·                         A partir del día 15 de junio a día  8 de septiembre: 20.00 a 21,00 horas.

 

·                         A partir del día 8 de septiembre: 17,00 a 19,30 horas.


Domingo III de Pascua

Es el Señor  

 

 

El capítulo 21 que escucharemos en la celebración litúrgica del III domingo de Pascua es considerado como apéndice al evangelio joánico. El último verso del anterior capítulo 20, recoge en una síntesis apretada, a modo de “colofón”, que “Jesús realizó todavía, en presencia de sus discípulos, otras muchas señales que no están escritas en este libro” (v. 30). Con esta constatación, el texto evangélico podría darse por concluido. La pregunta que nos hacemos ante este añadido gira en torno a la intencionalidad del autor y las razones para insertar aquí la tercera aparición del Resucitado.

 

La respuesta la hallamos en la intención del autor sagrado en subrayar la presencia del Resucitado en medio de la comunidad de seguidores para continuar su misión y su obra hasta el fin de los tiempos. El capítulo en cuestión añade matices que la comunidad habrá de tener muy en cuenta en el encargo del anuncio de la buena nueva: Dios es el protagonista, es el sembrador/pescador, y los discípulos simples instrumentos en sus manos por lo que solo en su nombre hay “que echar las redes”; la tarea evangelizadora de una Iglesia en salida se va a encontrar con grandes hostilidades de parte del mundo con persecuciones y muerte de los discípulos; el fruto de la evangelización, como se simboliza en la pesca, solo corresponde a Dios que, no obstante, cuenta con nosotros y con nuestra libertad para “echar o no las redes”.

 

El pasaje insiste en la presencia del Resucitado en medio de la comunidad que no debe quedarse encerrada “dentro” de la casa (v. 26) sino que ha de salir y estar fuera (v. 3). Invito a mis amables lectores a recordar los procesos iniciados por el difunto Papa Francisco en orden a afianzar el misterio de la Iglesia profundizando en sinodalidad (Iglesia, quién eres, qué dices de ti misma) y, al tiempo, sirviendo como Iglesia hospital de campaña, en salida (Iglesia, cuál es su misión de servicio en el hoy de Dios). El Magisterio, no solo en la actualidad, sino constantemente, nos ha recordado este misterio de la Iglesia donde la comunión, si es evangélica, se torna comunidad abierta al mundo para servir.

 

La cuestión es que Jesús, a la vera del lago, se encuentra en esta tercera aparición con los suyos en plena brega y a pleno día. Él es el protagonista de este encuentro. Él es el anfitrión y, a diferencia de las apariciones anteriores, los discípulos son sus invitados. Él rompe el hielo y les pregunta directamente: “Muchachos, ¿no tenéis algo de comer?”. La respuesta es “no”. Un no que se pronuncia con tono desabrido y hosco. Es una respuesta malhumorada que evidencia el fracaso. Es un no que evoca el vacío, como se evidencia en el estado de sus redes. Pareciera que no era aquel el mejor momento para dialogar.

 

El pasaje precisa que habían pasado la noche bregando. El evangelista san Juan evoca esta imagen de ausencia de luz anteriormente en episodios de tanto desconcierto como lo fue cuando Judas salió para traicionar a Jesús amparándose en la oscuridad (13,30). Pues así estaban aquellos pescadores: desorientados, malhumorados, vacíos. Es la imagen de la noche infecunda, que nos lleva a pensar si en verdad, Pedro y sus acompañantes habían perdido a Jesús o se sintieron perdidos ellos mismos.

 

Este es el escenario de la conversación de corazón a corazón entre Jesús y Pedro. El desafío del Señor a Pedro es que madure. El cambio se produce cuando, sin mediar palabra, hace lo que el Señor le pide y en su nombre, y no por otras razones, echa la red. Así es como uno crece, aguantando, soportando, incluso cuando parece infructuoso nuestro esfuerzo. San Juan presenta el vacío de la ausencia del Señor y la alegría del encuentro con el Resucitado contraponiendo la imagen de la red completamente vacía con la imagen de la red totalmente repleta. El Señor espera en la orilla y convida a los discípulos a compartir la comida, imagen de la eucaristía, y sin aludir a situaciones pretéritas, da a Pedro la posibilidad de olvidar y comenzar de nuevo con un “Tú sabes que te quiero”. Desde ahora le tocará tirar de la red en el nombre del Resucitado.

 

Manuel Pozo Oller


Bendición de la Cruz de Mayo

del Colegio Divina Infantita

 

 

En la mañana del día treinta de mayo de 2025 se interrumpían las clases para la bendición de la Cruz de Mayo que ha construido el Colegio de la Divina Infantita bajo la iniciativa de la AMPA y que este puente de primeros de mayo servirá de lugar de encuentro y fiesta para el claustro de profesores, escolares y familiares.

 

La bendición se realiza después de la celebración en días anteriores de la fiesta patronal de Nuestra Señora de Montserrat en la que el Colegio participó, como es habitual, en la ofrenda de flores y muchos de los escolares en la santa Misa de domingo y en la procesión con la imagen por las calles de la parroquia.

 

La cruz plantada en lugar destacado del patio de recreo se ha adornado con las imágenes de la Virgen, en su advocación de Inmaculada Niña, y de Jesús niño en la iconología tan andaluza del niño que lleva la cruz. En torno a estas imágenes se ha distribuido adornos típicos propios de la tierra.

 

La celebración comenzó con la señal de la Cruz y después con varias explicaciones sobre el significado de la cruz como signo de salvación para los cristianos al tiempo que de vida y esperanza simbolizada en los adornos florales que hacen del leño seco de la cruz una explosión de primavera y vida.

 

Durante el acto, en momentos escogidos, se entonaron cánticos en los que participaron los escolares con verdadero entusiasmo.

 

La celebración acabó con la bendición prevista para estos casos en el Ritual y con unas palabras del párroco de Nuestra Señora de Montserrat, al tiempo capellán del Colegio, Manuel Pozo Oller, en las que explicó de modo sencillo el sentido de la cruz e invitó a los niños a convertir las dificultades diarias en una hermosa primavera de vida y alegría.

 

 


Misas por el eterno descanso

del Papa Francisco

 

 

(17 diciembre 1936 U 21 de abril 2025)

 

 

En la mañana del sábado, día 26 de abril, la Iglesia universal despedía al Papa Francisco con la celebración de la Misa exequial en el atrio de la basílica de san Pedro, en el primer día de la novena de oración intensa por su eterno descanso, antes de ser depositado su cuerpo en la Basílica de santa María la Mayor en espera de la resurrección.

 

Funeral Diocesano

 

Día: Lunes, día 28 de abril

Hora: 20,00 horas

Lugar: Santa y Apostólica Iglesia Catedral

Presidido: Mons. Antonio Gómez Cantero, Obispo diocesano

 

 

Funeral Parroquial

 

Día: Sábado, día 3 de mayo

Santo Rosario: 19,00 horas

Santa Misa: 19,30 horas

Lugar: Parroquia Ntra. Sra. de Montserrat

 

 

Horario Misa en la Parroquia

el lunes, día 28 de abril

 

Para facilitar la asistencia de clero y fieles al funeral diocesano, el lunes, día 28 de abril, se adelanta la misa en nuestra parroquia, a las 18,30 horas.

 

Emblema de la Santa Sede 

en sede vacante


Domingo II de Pascua

Paz a Vosotros  

 

En el primer día de la Octava de esta Pascua primaveral, como bien conocemos, el Papa Francisco ha terminado su peregrinación terrenal dejando como estela una ejemplaridad de vida sin límites y un magisterio que chorrea evangelio. Él ha salido de este mundo, como ya lo comentó en su día en la oración del Ángelus (marzo de 2014), envuelto «en un sudario que no lleva bolsillos». Confieso que para mí vida espiritual y acción pastoral han sido sustento habitual, además de su vida y gestos, los documentos redactados desde su experiencia tales como Evangelii gaudium, programa de su pontificado; Gaudete et exultate, sobre la llamada a la santidad en el mundo actual; Laudato sí, sobre el cuidado de la casa común; Fratelli tutti, sobre la fraternidad universal; Dilexit nos, sobre el corazón de Jesús,… Ciertamente la vida de Francisco y su testimonio han sido una parábola del amor y de misericordia para la Iglesia católica y para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. ¡Dios lo tenga en su gloria!

 

El evangelio de este II domingo de Pascua (Jn 20,19-31) comienza describiendo la situación de miedo de los discípulos a los judíos al sentir la orfandad de Jesús. El miedo siempre es signo y muestra de falta de fe. Hoy, volviendo a la muerte del Papa Francisco, se levantan miles de especulaciones sobre su sucesor e incluso temores a que soplen otros aires en la Iglesia. El creyente, aunque se sienta preocupado por los acontecimientos, no teme al futuro porque confía en la presencia del Resucitado que mantiene en sus discípulos en todo momento la paz y la alegría que comparten con los demás como misioneros de la buena noticia: «Como el Padre me ha enviado así también os envío yo». Este envío, que exige disponibilidad total y que ha de afrontar las dificultades propias de la existencia, cuenta con la ayuda permanente del Espíritu Santo «para perdonar los pecados» que, al fin y a la postre, es tarea de sanación de los corazones, restitución de la dignidad herida y comienzo de una vida nueva.

 

La pericopa sitúa el encuentro del Resucitado con los discípulos «el primer día de la semana». Esta expresión que data el acontecimiento, es una manera de expresar que con la Resurrección de nuestro Señor comienza “una nueva creación”. Atrás queda la experiencia del sepulcro “abierto y vacío” como signo terrible de la ausencia de Dios. La narración subraya aún más el desamparo de los discípulos diciendo que había «anochecido» como manera simbólica de expresar la noche oscura en que el alma queda cuando falta aquel que da sentido a su existencia y, por el contrario, la luminosidad sin par que supone el encuentro con el Señor Resucitado.


Recordemos que el comienzo del capítulo 20 narra la aparición del Resucitado a María Magdalena. Ya conocemos la falta de consideración de la mujer en aquella cultura y las peculiaridades que concurrían, en concreto, en aquella mujer, circunstancias que engrandecen aquel primer encuentro del Resucitado con una de sus discípulas. La narración del encuentro de los discípulos con Jesús en el primer día de la semana, inmediatamente después de la aparición a la mujer amiga, se produce ante una comunidad acobardada que exige para creer la prueba de ver «las manos y el costado» para constatar que el que se presenta como Resucitado es el mismo que fue Crucificado.


Uno de los ausentes en el primer encuentro del Resucitado con sus discípulos fue Tomás que, una vez informado del acontecimiento, piensa que sus compañeros han visto alucinaciones que les han afectado gravemente. Tomás, en esta escena, representa a la comunidad incrédula de todos los tiempos que necesita tocar para vencer la incredulidad. ¡Cómo se parece Tomás a los hombres y mujeres de nuestra cultura cuyo único dios es lo que se puede tocar, medir y pesar! De ahí el piropo hermoso del Evangelio para los creyentes que vendrían detrás en el tiempo: «Dichosos los que crean sin haber visto».


En verdad, la resurrección de Jesús es la que sostiene y da sentido a nuestra fe. San Pablo escribirá con atinadas palabras que «si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe… Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, somos los más desgraciados de todos los hombres. Pero no, ¡Cristo resucitó de entre los muertos!» (1 Cor 1.5, 14-20). La Iglesia proclama que Jesús murió una vez y no muere más, que Cristo resucitó y vive para siempre. En consecuencia, esta es la piedra axial de nuestra fe y el fundamento de la Divina misericordia que en este domingo la liturgia nos invita a contemplar.

 

Manuel Pozo Oller


Ofrenda de Flores de los Colegios

a Nuestra Señora de Montserrat

 

En la mañana del viernes, día 25 de abril, los niños de los Colegios de la Parroquia de Nuestra Señora de Montserrat, participaron en la ofrenda de flores a la imagen de la Virgen dentro de los actos celebraciones programadas en honor de la Patrona cuya fiesta se celebra el próximo domingo, día 27 de abril.

 

A las 9,30 horas el Colegio Público Adela Díaz en su totalidad visitó la Parroquia acompañado del Claustro de Profesores presidido por su director. Después de un saludo del párroco y explicación del simbolismo de la imagen se procedió a la lectura de poemas a la Virgen como preparación a las ofrendas que culminaron con una breve oración mariana por las familias de los niños y por sus educadores.

 

 

Colegio Público Adela Díaz

 

A las 10,15 horas el Colegio Concertado de la Divina Infantita acompañado por el claustro de profesores dedicó a la Virgen canciones muy bien preparadas y acompañadas al ritmo de guitarras. El párroco comentó la vida de María en Nazaret, en alusión a la Inmaculada Niña, e invitó los niños a hablar con la Virgen con la confianza con que hablan con su madre. La ofrenda de flores la realizaron dos alumnos del Colegio en representación de todos los escolares, claustro de profesores y personal no docente.

     

Colegio Concertado Divina Infantita

 

A las 11,00 horas el Colegio Público Padre Méndez con más de doscientos alumnos realizó su ofrenda de flores en una ceremonia muy bien preparada en la que se intercalaron cánticos a la Virgen y se leyeron poesías en un clima de gran participación y alegría.

     

Colegio Público Padre Méndez

 

A las 12,00 horas el Colegio Ciudad de Almería ofreció a la Virgen sus flores, junto con un ramillete de poesías marianas que finalizaron con la oración del Ave María y un saludo del párroco al claustro de profesores animándoles a participar en estos actos que difunden la piedad mariana al tiempo que ayudan a crear conciencia de pertenencia a la parroquia y el barrio.

 

Colegio Cooperativa Ciudad de Almería

 

El Consejo Parroquial de Pastoral y la Escuela de Catequistas felicitan a los Centros de Enseñanza que han participado en la tradicional ofrenda de flores y, en especial, a los profesores/as de Religión y Moral Católica que han coordinado la actividad.

 

Las familias y los niños/as han quedado invitados para participar en la santa Misa y Procesión con la imagen de nuestra Señora el próximo domingo a las 11 de la mañana.


Fiesta Patronal de Nuestra Señora de Montserrat

Abril 2025  

 

Días 23, 24 y 25 · Miércoles, Jueves y Viernes

·      19,30 horas: Santa Misa y Triduo.

 

Día 25 · Viernes

·      09,30 a 13,00: Ofrenda de flores de los Colegios.

·      18,00 horas: Ofrenda de flores de las Asociaciones y Grupos Parroquiales.

·      19,30 horas: Santa Misa.

 

Día 26 · Sábado

·      19,30 horas: Santa Misa y Oración Sabatina.

 

Día 27 · Domingo Día de la Virgen.

·      11,00 horas: Santa Misa y, a continuación, Procesión con la imagen de la Virgen.

 

 


"¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?"

  (1 Corintios 15,55)

 

Anónimo. Siglo XVI. Museo del Prado

 

Nos felicitamos porque Dios Padre resucitó a Jesucristo

y nuestra vida desde entonces se llenó de sentido. 

 

¡Feliz Pascua de Resurrección!


Tierra Santa pide ayuda

Colecta Pontificia del Viernes Santo

 

“Respondamos al grito de cuantos sufren gravemente”

¡Ayuda a los cristianos de Tierra Santa!

 

Tu ayuda permite mantener los lugares santos y apoyar los proyectos caritativos y sociales que lleva a cabo la Iglesia en la Tierra de Jesús.

 

 

¡Dios te pague tu ayuda!


Jueves Santo

Día del Amor fraterno

 

17 de abril de 2025

 

Gracias a vuestras aportaciones podremos hacer realidad el sueño de Dios

 

Cuenta de nuestra Caritas Parroquial:

 

ES79 3058 0086 1127 2001 5904


Domingo de Ramos en el año jubilar de la Esperanza 

  

Coincidiendo con las campanadas del reloj parroquial que anunciaba las 11,00 horas, dio comienza la celebración solemne de la Semana Santa de este año jubilar de la esperanza, con la comunidad reunida en el parque de san Isidro, el saludo del presidente de la celebración, la bendición de ramos y lectura del evangelio de san Lucas recordando la entrada de nuestro Señor en Jerusalén según la versión del evangelista san Lucas.

 

 

El cortejo procesional, en el que el sacerdote preside en el nombre del Señor y, en consecuencia, es una procesión litúrgica, partió hacia el templo parroquial abriendo el cortejo la cruz parroquial portada por el hermano mayor de la Hermandad que tienen su sede en nuestra parroquia, D. Juan Diego Linares Vera, al que siguieron los casi dos centenares de niños en Iniciación cristiana seguidos de los fieles.

 

 

Ante la presidencia litúrgica compuesta por el párroco, Manuel Pozo Oller, el presbítero del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), Francisco Ortega López, y el diácono, Joaquin Espino Parra, se colocaron los miembros de la asociación de fieles “Apóstoles del Lavatorio” portando palmas.

 

En la celebración animaron los cantos Catherine Togo, salmista, y Adrián Almecija, profesor de música ajustándose al criterio del II Concilio del Vaticano de que el pueblo el pueblo participe activamente en la liturgia.

 

 

La homilía, necesariamente breve por el espacio que ocupan las proclamaciones de las lecturas del día, incluida el texto largo de la Pasión, versó sobre la situación de peregrinos del pueblo de Dios y la necesidad de caminar con esperanza; sobre los ramos y palmas símbolos de paz y martirio; acerca de la libertad de Jesús, que conociendo su destino, ofrece con toda libertad su vida y sube sin miedo a Jerusalén; y, por fin, una exhortación a vivir el triduo pascual con intensidad evangélica y a participar, en la medida de los posible, en las procesiones que se celebrarán, si el tiempo lo permite.

 

Al finalizar la Santa Misa el párroco invitó a los presentes, especialmente a los niños, a participar en una foto de familia como recuerdo de este día, entoldado por las nubes primaverales, pero muy hermoso y luminoso en su intensidad espiritual y celebrativa. También se repartió entre los asistentes el programa de celebraciones para esta semana.

 


Retiro Espiritual como preparación a los Días Santos 

  

El sábado de Pasión, día 12 de abril, la comunidad parroquial estaba convocada por el Consejo de Pastoral para celebrar el retiro de preparación a los días santos de la Semana mayor.

 

La semana del día 31 de marzo al 4 de abril se han celebrado ejercicios espirituales que han constado de una introducción, celebración de la santa Misa y trabajo personal en casa que incluía momentos de meditación y oración sobre la vida cristiana y el compromiso en el mundo. Las meditaciones comenzaron con la presentación de la carta del papa Francisco sobre la Cuaresma que lleva por título “Caminemos juntos en la esperanza”.

 

El retiro del sábado, dirigido por el M.I.Sr. D. Juan Torrecillas Cano, Canónigo de la SAI Catedral de la Encarnación y capellán de las Religiosas de la  Inmaculada Niña, comenzó con la oración litúrgica de la hora intermedia, seguida de la meditación que versó sobre la “Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, acontecimiento histórico”.

 

Al finalizar los puntos de meditación el diácono permanente, D. Joaquín Espino Parra, expuso el Santísimo Sacramento con toda solemnidad y la comunidad permaneció en oración hasta la Bendición solemne e inicio de la santa Misa.

 

Acabada la eucaristía se procedió a la celebración de la Penitencia comunitaria contando para la administración del sacramento con varios sacerdotes.

 

Un día jubiloso y un pórtico hermoso en vísperas del domingo de ramos que nos introduce en el triduo pascual, centro de las celebraciones litúrgicas.

 


Semana Santa

Año 2025

 

  

13 al 20 de abril

Celebraciones

 

 

Día 13. Domingo de Ramos en la Pasión

del Señor 

 

 

 

·       11,00 horas: Bendición de Ramos, procesión hasta el Templo Parroquial y Eucaristía. [La bendición de ramos se realizará en el Parque de San Isidro junto al edificio de los Juzgados].

 

·       19,30 horas: Eucaristía vespertina.

 

 

Días 14, 15 y 16

Lunes, Martes y Miércoles Santos 

 

 

·       18,00 horas: Confesiones.

 

 

·       19,30 horas: Santa Misa.

 

 

Días 17, 18 y 19

Tríduo Pascual 

 

 

Día 17. Jueves Santo en la Cena del Señor.

 

·       10,00 a 13,00 horas: Confesiones.

 

·       18,00 horas: Celebración de los Santos Oficios de la Cena del Señor. Traslado de la Eucaristía al Monumento. [Colecta a favor de Cáritas Diocesana].

 

 

·       22,00 horas: Hora Santa. [El templo se cerrará a las 23,30 horas y abrirá sus puertas al día siguiente a las 9,00 horas].

 

 

Día 18. Viernes Santo en la Pasión del Señor.

 

·       12,00 horas: Vía Crucis.

 

 

·       18,00 horas: Santos Oficios de la Pasión y Muerte del Señor. [Colecta a favor de Tierra Santa].

 

Día 19. Sábado Santo.

 

·       09,30 horas: Meditación y oración del Oficio de Lecturas y Laudes.

 

 

·       22,00 horas: Celebración Solemne de la Resurrección del Señor. Dispensación del sacramento del del bautismo a Catecúmenos en edad escolar.

 

Resurrección de Cristo y las mujeres en la tumba,

Fra Angélico (1440-1442) convento de San Marcos, Florencia

 

 

 

Día 20. Domingo de Resurrección

 

·       10,00 horas: Salida procesional con la imagen de Cristo Resucitado de la Hermandad de Jesucristo Resucitado. Señor de la Vida y María Santísima del Triunfo.

 

·       11,00 horas: Eucaristía.

 

 

·       19,30 horas: Eucaristía vespertina.

 

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Sacramento de la Penitencia

Horarios

 

  

 

Sábado, día 12

20,00 horas. Penitencia Comunitaria

 

Lunes, Martes y Miércoles Santo,

días 14, 15 y 16

18,00 a 19,30 horas

 

Jueves Santo, día 17

 

10,30 a 13,00 horas


Semana de Pasión

Días 7 al 13 de abril

 

  

 

Día 10. Jueves de la V Semana de Cuaresma

 

·       19,30 horas: Celebración de la Eucaristía.

·       20,15 horas: Exposición del Santísimo.

 

Día 11. Viernes de Dolores

 

·       19,30 horas: Celebración de la Eucaristía.

·       20,15 horas: Vía Matris. Oración con la Virgen María.

 

Día 12. Sábado

 

·       17,00 horas: Oración de la Hora intermedia.

·       17,30 horas: Meditación dirigida por D. Juan Torrecillas Cano, Canónigo de la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación y Capellán de las Religiosas de la Inmaculada Niña.

·       19,30 horas: Celebración de la Eucaristía.

·       20,15 horas: Celebración Comunitaria de la Penitencia.

 

Día 13. Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

 

·       11,00 horas: Bendición de Ramos, procesión hasta el tempo parroquial y Eucaristía. [La bendición de ramos se realizará en el Parque de San Isidro, junto al edificio de los Juzgados].

·       19,30 horas: Eucaristía vespertina.

 

 


Domingo V de Cuaresma

Amor al Pecador

  

 

En este domingo V de Cuaresma comentamos un pasaje que curiosamente no solía incluirse en los manuscritos joánicos más antiguos y que ha sido recuperado en las traducciones bíblicas más recientes situándolo en el contexto de la controversia de Jesús con el judaísmo situándolo en el contexto de la fiesta más popular y frecuentada del año llamada de las chozas o tabernáculos (Jn 8,1-11). En aquel contexto de fiesta, en la ciudad de Jerusalén, encontramos la narración donde se dice que Jesús se retiró al monte de los Olivos a orar antes de ir al templo al amanecer, a donde comenta el texto, acudía «el pueblo» para oír sus enseñanzas. El evangelista hace notar que enseñaba con autoridad como indica su posición sedente.

 

El Evangelio de la mujer sorprendida en flagrante adulterio evoca la parábola del padre misericordioso, cuyo hijo díscolo en este pasaje se presenta en femenino. Así la mujer del relato es un ejemplo tipo de pecadora, como aquel hijo menor que marchó de casa. El hermano mayor se asemeja a los letrados y fariseos que se creen justos y jueces para acusar. Jesús representa al Padre que calla, que no condena, que perdona y devuelve la dignidad perdida.

 

La pregunta de los “sabelotodo del lugar” no es inocente. Conocían el modo de pensar de Jesús respecto a los pecadores y le provocan para que se exprese de nuevo para poder acusarle y condenarle. La Ley mosaica avalaba a aquellos diletantes preocupados por el cumplimiento, todo pareciera que está de su parte. Ya estaba previsto en la Escritura: «si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, será muerto tanto el adúltero como la adúltera» (Lv 20,10). Por tanto, aplicada la ley judía inmisericorde, aquella mujer podía considerarse muerta.

 

La escena se desarrolla públicamente en el templo. La cuestión planteada, como se diría en clase de leyes, es un caso legal práctico. Aquellos leguleyos no piden a Jesús una sentencia forense, porque éste no es juez. Le piden una aplicación de la ley mosaica al caso que tienen delante. Cualquier respuesta puede ser comprometidas porque las preguntas formuladas vendrían a equivaler a si hay que llevar a la mujer adúltera al tribunal competente o, por el contario, si hay que proceder a ejecutarla sin más trámites dado que el caso es evidente y la ley no da lugar a dudas.

 

Jesús conocía el modo previsto de practicar la lapidación a los pecadores públicos. Los testigos del delito tenían que arrojar las primeras piedras, después seguía la comunidad como afectada directamente por el pecado (cf. Dt 17,7). Jesús agachado escribe en el suelo, como el que echa cuentas. El comentario del biblista Juan Mateos sobre el signo de Jesús que se pone a escribir (en griego kategraphen) se puede traducir “dibujar, escribir, hacer signos”, pero también “poner una acusación por escrito”. El profesor se inclina por esta segunda interpretación en la que Jesús que sin alzar la voz ni estridencias muestra la culpabilidad de los acusadores.

 

El silencio de Jesús es toda una predicación que impacienta a los presentes que finaliza con una enseñanza que vale su peso en oro: «El que esté libre de pecado que tire la primera piedra». Aquellos hombres optan por desaparecer de escena. Al final, como comenta san Agustín «solo dos se quedan allí: la miserable y la Misericordia» (In Ioann. Evang, 34,6) y allí se pronuncian aquellas palabras de salud integral, triunfo de la misericordia: «Mujer, yo tampoco te condeno».

 

La cosa no queda ahí porque Jesús le dice a la mujer restaurada en su dignidad: «Vete y en adelante no peques más». Jesús ama a los pecadores, no al pecado porque el pecado ya es en sí mismo un castigo.

 

Jesús nos invita con este gesto de misericordia a “no tirar piedras contra nadie”, porque todos somos pecadores. En verdad, lo que aquella mujer necesitaba no eran piedras, sino una mano amiga que le ayudara a levantarse para caminar en libertad.

 

 

Manuel Pozo Oller


El Papa Francisco responde a las cartas de apoyo enviadas por los niños de la Parroquia de Montserrat

 

  

 

Los niños de la parroquia de Montserrat han recibido una respuesta oficial del Vaticano tras enviar una recogida de cartas dirigidas al Papa Francisco, en las que expresaban su afecto y oraciones por su salud.

 

La respuesta, firmada por la Secretaría de Estado de la Santa Sede, fue enviada el pasado 6 de marzo de 2025. En ella, se agradece a los pequeños sus mensajes y dibujos, destacando el cariño y la cercanía manifestados hacia el Santo Padre. Además, el Papa les anima a vivir con alegría su fe cristiana, a rezar cada día y a asistir a la catequesis de manera constante.

 

Como muestra de gratitud, el Pontífice ha asegurado su oración por los niños y sus familias, encomendándolos a la protección de la Virgen de la Esperanza, y les ha impartido su Bendición Apostólica.

 

Este gesto ha sido recibido con gran emoción por la comunidad parroquial, que celebra la cercanía del Papa y el reconocimiento a la iniciativa de los más pequeños en este acto de fe y solidaridad.

 


Ejercicios Espirituales

Lunes 31 de marzo a Viernes 4 de abril

 

  

 La Anunciación. Fra Angélico

 

 

Lunes, 31 de marzo

«Caminemos Juntos en la esperanza»

Mensaje del Papa para la Cuaresma 2025

 

Martes, 1 de abril

«Los Evangelios, libro de ruta para el discípulo»

 

Miércoles, 2 de abril

«La misericordia que restaura el pecado»

 

Jueves, 3 de abril

«La Adoración eucarística»

 

Viernes, 4 de abril

«El misterio de la Cruz»

 

 

Hora: 20,00 horas · Templo Parroquial


Domingo IV de Cuaresma

Perdón sin Condiciones

  

 

El IV domingo de Cuaresma es llamado en la liturgia católica el domingo de «laetare» o de la alegría. Se denomina así por las primeras palabras de la antífona de entrada de la Misa donde se recuerda el pasaje de Isaías 66 donde se lee: «Alegraos con Jerusalén y regocijaos con ella todos los que la amáis; saltad de gozo con ella los que por ella llevasteis luto». Es una fiesta colocada a mitad de la Cuaresma para tomarnos un “refrigerio” antes de afrontar el último tramo penitencial que lleva a la Pascua.

 

El evangelio de este domingo IV de Cuaresma (Lc 15, 1-3.11-32) comienza con una crítica de los fariseos y los letrados a la actuación de Jesús que «acoge a pecadores y come con ellos». Jesús explica, con la profundidad y suavidad del género parabólico, su modo de proceder con la parábola del Padre misericordioso y los hijos díscolos. Esta enseñanza es una catequesis espléndida del amor sin medida de Dios Padre que “ama y perdona sin condiciones”. El amor del padre de la parábola sana y restaura a la persona herida. Es un amor que no exige contrapartidas y no humilla al que se siente arrepentido. Es un amor que confía y espera en el otro y, movido por las entrañas de misericordia, cuando lo ve a lo lejos, se conmueve y sale a su encuentro para echarse en los brazos del que se fue lejos, entre lágrimas y silencio, para significar la alegría indescriptible de la vuelta a casa y la posibilidad abierta de poder orientar de nuevo su vida. Las enseñanzas de la parábola, en las actitudes y modo de proceder del Padre, es todo un programa de acción pastoral cuyo eje trasversal necesariamente tiene que ser la misericordia.

La restauración integral del hijo menor que se fue de casa viene expresada en el texto con símbolos que superan la razón pero que son imprescindibles para vivir la alegría del Evangelio. El Padre le viste con el mejor traje, le coloca el anillo, cubre sus pies con sandalias, ordena celebrar un banquete. La fiesta, expresión comunitaria de la alegría de vivir, cobra su sentido principal en que «este hijo mío estaba muerto y ha revivido». De ahí la alegría y la fiesta. El Papa Francisco, comentando la parábola en la oración del Ángelus de 27 de marzo de 2022, decía: «¡Dios no sabe perdonar sin celebrar!».

Por el contrario, la bondad y misericordia del Padre no es comprendida por el aguafiestas del hijo mayor que no ha experimentado la fuerza curativa del perdón y vive preocupado únicamente de lo suyo incluso con mucha diligencia y empeño a la hora de cumplir con sus obligaciones pero, ahí está el quid de la cuestión, su corazón se ha ido endureciendo con el paso del tiempo y sus juicios sobre los demás se han hecho fríos como el mármol cuestión que le provoca un ataque de celos y envidia cuando ve correr a su padre en busca de aquel que, a su juicio, es un impresentable y, por su mala vida, ya no considera de los suyos. Es un hombre prisionero de los prejuicios humanos incapaz de alegrase con lo bueno de los demás.  El Papa, en la catequesis que citamos más arriba, constata que, para acompañar en situaciones difíciles, «la distancia, la indiferencia y las palabras ásperas no ayudan». Muchos interrogantes brotan espontáneamente de la actitud del hijo mayor, por otra parte, tan parecido a nuestra realidad. Puede ayudarnos a reflexionar este domingo las cuestiones siguientes: ¿Me considero justificado por cumplir con mis obligaciones religiosas? ¿Me pongo en lugar del otro o soy juez implacable de su vida? ¿Me alegro con la vuelta a casa de los demás? ¿He perdido el sentido de la alegría y la fiesta?

Las comidas de Jesús, en efecto, son resumen de su misión y mensaje, imagen del reinado de Dios ya comenzado. En consecuencia, no hay duda que Jesús compartió la comida con los pobres y los últimos e hizo de su causa su programa. El teólogo J. L. Espinel escribió en su día que «Cuando los evangelios dicen que Jesús comía con pecadores, hay que entender que en realidad comía con pecadores» (La eucaristía del Nuevo Testamento (Salamanca 1980) 79.

 

Manuel Pozo Oller


Domingo III de Cuaresma

Fruto Abundante

  

 

En el pasaje evangélico de este III Domingo de Cuaresma Jesús aprovecha dos acontecimientos trágicos recientes para hacer una llamada general a la conversión en orden a dar buenos frutos (Lucas 13,1-9). La escena se sitúa en el camino de subida a Jerusalén donde unos desconocidos se acercan al Maestro para contarle las malas nuevas que acababan de suceder. Por una parte, la degollación de un grupo de galileos efectuadas en el atrio del templo mientras se ofrecían sacrificios por orden del procurador romano Pilato. Para los judíos esta acción era horrorosa, no solo por la muerte de aquellos desdichados, sino también por cuanto la sangre de los asesinados se había mezclado con la sangre de los sacrificios en fiesta tan concurrida e importante como la Pascua. Seguramente las gentes que refirieron a Jesús lo sucedido creían que acudiendo a él podría intervenir para cambiar la situación contra el poder constituido. Por otra parte, por aquellos días, estaba reciente la muerte de dieciocho personas aplastadas por el derrumbamiento de la torre de Siloé. Muchas desgracias en poco tiempo. Estas desgracias hacían pensar al pueblo judío que Dios les “castigaba” o, al menos, se mostraba ausente y desinteresado ante tanto dolor.

 

Jesús ante las noticias terribles que le llegan trasciende los hechos para plantear la cuestión de forma distinta. Los judíos habían sido educados en la convicción de que no hay pecado sin culpa y, por tanto, que las grandes desgracias presuponen graves pecados de los desdichados y, consecuentemente con esa mentalidad, las desgracias son consideradas como un castigo merecido. Jesús no juzga ni culpa a los galileos asesinados ni a los fallecidos trágicamente en Siloé sino que, partiendo de la realidad dolorosa de los acontecimientos, enseña que una muerte violenta repentina tiene que hacer reflexionar a los que todavía gozan del don de la vida sobre la importancia de vivir en plenitud el momento presente. Hace años el Hermano Rogers, fundador de la comunidad ecuménica de Taizé (Francia), escribió un precioso y profundo libro, cuya lectura me hizo mucho bien, sobre la necesidad de vivir “el momento presente”, en una “dinámica de lo provisional”. Esa es la enseñanza de Jesús que trasciende los hechos acaecidos para invitar a vivir el momento con los ojos abiertos a Dios y a la realidad en una permanente conversión y búsqueda para “no perecer de la misma manera” que aquellos cuya muerte fue el gran fracaso de sus vidas.

 

San Lucas, después de constatar la fragilidad del ser humano y aclarar que las desgracias son un misterio que se presentan al margen de la bondad o no de los que las padecen, se pregunta sobre el sentido profundo de la vida y cuál es su finalidad.  El evangelista, sin ambages, indica que la vida, que ha sido plantada en la viña del Señor, tiene sentido si es fecunda y da fruto (cf. Lc 6,16).

 

La parábola de la higuera estéril, en efecto, es el símbolo de una vida humana improductiva que llega a agotar la paciencia del agricultor. Los galileos murieran por causa de la perversidad de Pilato y los dieciocho judíos aplastados por una torre, murieran por accidente. No es el caso de la higuera estéril. La higuera tiene que morir porque no da fruto, porque no es más que un parásito que se nutre de los alimentos que roba al viñedo. Esta situación de improductividad ha colmado la paciencia de su amo que la ha cuidado por tres años con primor. En definitiva, la invitación de Jesús, a pesar de las desgracias y dificultades continuas de este mundo, es a ser fecundos. Por el contrario, «el pecado más grande», es no hacer nada, estar permanentemente mano sobre mano nutriéndose del trabajo o buena voluntad de los demás. Todos, en verdad, tenemos la responsabilidad de producir y dar frutos abundantes. La higuera, como el seguidor de Jesucristo, tiene como vocación dar fruto abundante evitando “no ocupar terreno en balde”. ¡Todo un itinerario de conversión!

 

Manuel Pozo Oller


Actos de nuestra Hermandad en el V Aniversario de la Bendición de la Imagen titular de Jesucristo Resucitado

  

La Hermandad de Jesucristo resucitado y Señor de la Vida, después de la celebración eucarística de la tarde del sábado, día 16 de marzo de 2025, celebró el acto de presentación del cartel de la procesión del día de Resurrección en el marco entrañable del templo parroquial.

 

Presentación del cartel con Francisco Cortés, Pregonero

 

 La presentación del cartel, que se celebró coincidiendo con las fechas de la bendición de la imagen de Jesucristo resucitado, y que tuvo como preparación la misa solemne presidida por el Obispo diocesano, D. Antonio Gómez Cantero, justo la semana anterior, tuvo como mantenedor del acto a D. Víctor Pérez, hermano experimentado en estos oficios.

 

 

El presentador, hermano fundador de la asociación pública de fieles, D. Francisco Cortés, introdujo su disertación con una poesía para pasar a los saludos de ritual, antes de pasar a relatar los inicios de la Hermandad y sus sueños que acabaron con la erección canónica de la Hermandad, la designación de sede y la bendición de la imagen de Jesucristo resucitado, titular de la asociación. Con este ambiente preliminar se procedió a desvelar el cartel por el Hermano Mayor, D. Juan Diego Linares y el autor del mismo, D. Jorge Cazorla.

 

De izquierda a derecha: Francisco Cortés, Juan Diego Linares, Manuel Poco y Jorge Cazorla

 

 La disertación, una vez mostrado el cartel, se centró en su explicación en el que los colores hacen alusión a los colores propios de la Hermandad y donde su simbología recuerda el aniversario del V aniversario de la bendición de la imagen.

 

El acto se cerró con unas palabras del párroco, D. Manuel Pozo Oller, en las que recordó los inicios de la Hermandad y los restos a los que se ha tenido que hacer frente junto a la satisfacción de hallarnos hoy en día con una hermandad asentada y en continuo crecimiento. Animó, como es preceptivo, a vivir con intensidad la Cuaresma y a participar en los actos de formación común y celebraciones de la parroquia para terminar con una oración.

 

 

Anteriormente a este acto, a las 17,00 horas, la Hermandad celebró Cabildo ordinario de hermanos cuyo punto central fue la dación de cuentas del año 2024 y su aprobación y la presentación del presupuesto de 2025 siendo ambos aprobados para proceder a su entrega, como es preceptivo, en nuestro Obispado.

 

 

Cartel 2025


Domingo II de Cuaresma

Gloria Divina

  

 

El episodio de la transfiguración (Lc 9, 28b-36) es colocado por el evangelista san Lucas después de cinco máximas sobre el seguimiento en las que se describe el camino que ha de seguir el discípulo, a saber, la renuncia a sí mismo, cargar con su verdad (cruz), identificarse con el Maestro, dar la vida, si fuere preciso, por el Reino, y no avergonzarse jamás de Jesús ni de su mensaje (9, 23-27).

 

Jesús, nos narra el pasaje que comentamos, se aparta del ámbito de lo cotidiano y se retira a un lugar favorable para encontrase a solas con Dios. La tradición asocia este lugar de retiro al monte Tabor, pero lo cierto es que san Lucas no tiene interés en la localización geográfica, sino en su significado histórico-religioso más profundo como “lugar de manifestación y encuentro con Dios” y “lugar de oración”. El evangelista gusta situar a Jesús en un ambiente de oración previo a la toma de decisiones importantes. El ejemplo de Jesús es norma para el discípulo que ha de imitar al Maestro poniendo siempre en manos de Dios su vida, sus proyectos y sus obras “para su mayor gloria”.


Para comprender y orar con el texto de este II domingo de Cuaresma hemos de tener presente, en primer lugar, que su redacción se hace acudiendo en su expresión a una escenografía apocalíptica. Las alusiones al color blanco de los vestidos y la nube que envuelve a los personajes, recrean esta escenografía expresando simbólicamente la presencia y gloria de Dios al estilo de los relatos del Antiguo Testamento.

 

En segundo lugar, hemos de tener presente que los personajes de Moisés y Elías, las dos grandes figuras veterotestamentarias, representan las expectativas del judaísmo inmediato anterior a la era cristiana que soñaba con el regreso del exilio a la tierra prometida. Ambos personajes representan y son símbolos de la ley y de los profetas. San Lucas los presenta en el monte luminosos, “llenos de gloria”. Moisés, liderando a su pueblo de la esclavitud a la libertad, protagoniza un acontecimiento que es interpretado como la manifestación de la “gloria” del Señor. En la figura de Elías se evoca y recuerda el viaje del profeta al monte Horeb (Cf. 1 Re 19,4-8) y su relación de este monte con el éxodo (cf. Ex 3,1; Dt 1,2; 5,2). La presencia de los dos personajes en la montaña tiene un significado grande porque con ellos desaparece el antiguo Israel. La voz de Dios desde la nube (v.35), es el comienzo de una nueva era donde ya no habrá que escuchar ni a Moisés ni a Elías, porque el único portavoz de Dios, es solo “su Hijo, el escogido”. En Él comienza un nuevo y definitivo éxodo del pueblo de Dios cuya meta no es la tierra prometida sino “un cielo nuevo y una tierra nueva” (Apoc 21,1).

En tercer lugar, para comprender el texto, hemos de recordar el significado de la fiesta de las chozas o de los tabernáculos. Originariamente era una fiesta agrícola y de pastores conocida también como la fiesta de la recolección o de la cosecha. En opinión del historiador Flavio Josefo era “la fiesta más sagrada e importante de los hebreos” (Ant. VIII, 4,1, n. 100). En tiempos de Jesús, la fiesta se celebraba con una peregrinación donde las gentes solían ir al campo y allí pernoctaban en cabañas o en tiendas. De ahí que Pedro asocie, de modo espontáneo su experiencia de estar con Jesús trasfigurado en la montaña, con el gozo y euforia de la celebración de esta fiesta de tanta importancia para el pueblo israelita.

Estas tres claves son el contexto necesario para entender el texto cuyo eje central es el primer anuncio de la pasión de Jesús que se “consumará en Jerusalén”.  La revelación, la voz que sale de la nube, declara que Jesús es más que cualquier mesías, es el “Hijo” y el “Elegido”, al único que hay que escuchar, ya no hay mediadores ni mediaciones.

Los discípulos en este episodio no quedan especialmente bien porque se aburren “y se caen de sueño”. Cuando hablan “no saben lo que dicen”. Se asustan ante la gloria de Dios.  Están fuera de juego y no comprenden. Tendrán que esperar a encontrase con el Señor resucitado para entender que el Hijo encarnado es comienzo de la humanidad nueva.

 

Manuel Pozo Oller


Domingo I de Cuaresma

Desierto y Tentación

  

 

El miércoles pasado comenzamos el tiempo litúrgico de la Cuaresma con el rito de la imposición de ceniza. En este itinerario cuaresmal, en el primer domingo, el Evangelio de san Lucas nos presenta a Jesús en el desierto como lugar de tentación (4,1-13).

Las tentaciones se presentaron a Jesús terreno a lo largo de toda su vida. Los evangelistas las reagruparon en torno al paisaje singular del desierto, lugar bíblico de excelencia para la búsqueda y el discernimiento. El autor sagrado, coloca estratégicamente esta sección después de la confirmación de Jesús como Hijo de Dios en su bautismo (3,22) y, al tiempo, hombre como muestra la genealogía familiar (3,23-38). En el evangelio de este domingo se nos presenta a Jesucristo, Dios y hombre verdadero, a las puertas del comienzo de su vida pública, en el desamparo y aridez del desierto, debatiéndose en la tensión de elegir entre la voluntad del Padre y el cómo y por dónde empezar el anuncio del reinado de Dios, así como qué medios se ha de emplear para llevar a cabo la misión encomendada. El texto se abre con una paradoja. Jesús, “lleno del Espíritu Santo”, fue llevado por el mismo Espíritu “por el desierto, mientras era tentado por el demonio”.

En aquél lugar inhóspito y árido Jesús ha de elegir sobre qué tipo de acciones y medios ha de emplear en el anuncio de la buena nueva. La tentación primera se presenta en el momento de debilidad humana cuando Jesús siente la necesidad primaria del hambre. Es el momento propicio en que Satanás le sugiere sutilmente que emplee el poder recibido para su tarea mesiánica en favor propio y convierta las piedras en panes. La tentación se presenta siempre como invitación a dudar de Dios para, a continuación, amparándonos en la seguridad aparente del bienestar y la prosperidad económica, adorar al becerro de oro. Es una tentación que conduce a la persona idólatra a la evasión de la propia responsabilidad delegando en los dioses mágicos la solución de los problemas.

En la segunda tentación, después del ofrecimiento de Satanás de la salvación por los medios materiales, ahora ofrece a Jesús el camino del mesianismo político y el empleo del poder que tanto alaga la vanidad humana. Una tradición popular esperaba la aparición del mesías descendiendo del cielo y posándose en el alero del templo con gran vistosidad y manifestación de poder. La tentación no consiste propiamente en “arrodillarse ante Satanás”, ¡qué ya es gran disparate!, sino en justificar el recurso al poder y a la gloria como medio para subir y mandar. El poder y la gloria son tentaciones permanentes. Joachim Jeremías, luterano y profesor del Nuevo Testamento, afirma con evidente claridad conceptual que “la adoración a Satanás, en el monte desde el que se contemplaba todo el mundo, tiene indiscutiblemente como objeto la actuación de Jesús como caudillo político” (Teología del Nuevo Testamento, Salamanca 1974, 91). El deseo de poder para oprimir a los débiles ya es idolatría. Estar en posesión de riqueza, y poder al estilo del mundo, equivale, a poco que nos descuidemos, a suplantar a Dios por la idolatría de uno mismo.

 

La tercera tentación propuesta a Jesús consiste en ofrecer en público una señal absolutamente decisiva para demostrar sensiblemente hasta qué punto estaba Dios con Jesús y hasta qué punto podía Jesús disponer de Dios para garantizar el éxito de su misión. Es frecuente la petición a Jesús que avale su ministerio público con una señal mesiánica aparatosa y mágica (cf. de parte de familiares, discípulos, fariseos, sacerdotes, el pueblo en general). Es, por tanto, una tentación más sutil. Aparentemente no se busca el provecho propio, sino el interés de Dios para que los demás crean gracias a los signos prodigiosos. Todos, antes o después, de una manera u otra, somos o seremos tentados. En consecuencia, las tentaciones que sufrió Jesús son nuestras permanentes tentaciones que, con leves matices, se pueden resumir en el deseo desordenado de construir el Reino de Dios por los caminos equivocados del tener, poder, y subir, a costa del olvido providente de Dios y el uso interesado de su santo nombre.

 

Manuel Pozo Oller